“We learn from the materials, they tell us what forms they should take.”
Humberto Campana
Musing over the origins of his Vermelha (Red) Chair (1993), Humberto Campana reflected, “The idea emerged when we bought a large bundle of rope from a street stall and brought it back to the studio. When we placed it on a table, we observed it deconstructing before our eyes.” Looking at the hefty rope haphazardly placed on a table, he and his brother Fernando exclaimed, “This is the chair we want to build. It is a representation of Brazil in its beautiful chaos.” The chair they developed, featuring ropes meticulously arranged around a tubular steel structure, exemplifies the artists’ vision—a methodology that emphasizes material exploration over conventional distinctions between high and low culture.
The brothers’ unconventional approach mirrors their atypical career paths. Without formal training in visual arts or design—Humberto studied law while Fernando pursued architecture—they founded Estudio Campana in Sao Paulo in 1984. In the 1980s, they created Desconfortáveis, a series of around 40 chairs. The pieces, born from the artists’ fascination with sculpting iron into expressive spirals and zigzags, lived up to their name—they were uncomfortable. As Fernando has noted about these early years, “We discovered that it wasn’t the design or the function that would give us the key to a product.” To which Humberto added, “We learn from the materials, they tell us what forms they should take.”
Subsequent projects crystallized their aesthetic vision. The 1998 exhibition Projects 66: Campana/Ingo Maurer at MoMA featured works combining tubular steel structures with household materials like plastic garden hoses, cotton ropes, and bubble wrap sheets. The brothers’ Inflating Table (1996) resembles a compact aluminum disc; yet when filled with helium, its PVC walls expand into a cylindrical table or thermal beer container. As the exhibition’s curator Paola Antonelli noted at the time, these materials added “lightness and poetry” to modern design. This delicate sensibility extended to later works like the Corallo Chair (2004). The chair’s intricate, bright structure, made up of colored metal wires arranged as a platform to sit, is reminiscent of marine coral, which is referenced in the work’s title.
The duo left an indelible mark on Brazilian design by focusing on everyday materials that other designers might have considered mundane or trivial. The Campana brothers’ 2018 collaboration with US artist KAWS fits this framework. As in their Banquete series, started in 2002, the armchair’s iron back and wooden foot supports brims with pink plush toys, creating a disconcerting yet playful object. Created a few years before Fernando’s untimely passing, the work underscores the Campanas’ commitment to observing and appreciating the world around them without bias.
Made with materials like ropes and evoking items like water containers, the brothers’ works reflect their dedication to the everyday—to what they describe as the “hidden corners” of modern life. “It is part of my DNA to look at things that are hidden; hidden corners,” Humberto has said. “I think my brother and I are alchemists: we change the DNA of the material and give it another one.”
Horacio Ramos, Mellon-Marron Consortium Fellow, the Cisneros Institute, 2024
“Nosotros aprendemos de los materiales, son ellos los que nos dicen las formas que deben adoptar”.
Humberto Campana
Comentando los orígenes de su Silla Vermelha (1993), Humberto Campana ha dicho: “La idea surgió cuando compramos un enorme atado de cuerdas en un puesto callejero y lo llevamos al estudio. Cuando lo colocamos encima de la mesa, prestamos atención a la manera en que se desconstruía ante nuestros ojos”. Al contemplar la pesada cuerda posicionada desordenadamente encima de la mesa, él y su hermano Fernando exclamaron: “Esta es la silla que queremos construir. Es una representación de Brasil, en su hermoso caos”. La silla que crearon con cuerdas cuidadosamente dispuestas en torno una estructura tubular de acero ofrece un buen ejemplo de la visión de los artistas: una metodología que prioriza la exploración material por encima de convencionales distinciones entre alta y baja cultura.
El peculiar planteamiento de los hermanos es un reflejo de sus atípicas trayectorias profesionales. En 1984 fundaron el Estudio Campana en São Paulo, sin ningún tipo de educación formal en artes visuales ni diseño: Humberto había estudiado Derecho y Fernando, Arquitectura. En la década de 1980 realizaron Desconfortáveis, una serie de unas cuarenta sillas. Las piezas, creadas a partir de la fascinación de los artistas por esculpir el hierro para elaborar expresivas formas espiraladas y zigzagueantes, hacían honor a su nombre: efectivamente, eran incómodas. Sobre aquellos primeros años, Fernando comentó: “Descubrimos que ni el diseño ni la función nos iban a dar la clave de un producto”. A lo que Humberto añadió: “Nosotros aprendemos de los materiales, son ellos los que nos dicen las formas que deben adoptar”.
En proyectos posteriores cristalizaron su planteamiento estético. En la exposición Projects 66: Campana/Ingo Maurer (1998), realizada en el MoMA, se podían ver obras que combinaban estructuras tubulares de acero con algunos materiales domésticos como mangueras de plástico para el jardín, cuerdas de algodón y planchas de plástico de burbujas. La Mesa inflable (1996) que diseñaron los hermanos parecía un disco compacto de aluminio. Sin embargo, cuando los rellenaban con helio, los paneles de PVC se extendían hasta transformarse en una mesa cilíndrica o un recipiente térmico para conservar la cerveza. La curadora de la exposición, Paola Antonelli, señaló entonces que aquellos materiales añadían “ligereza y poesía” al diseño moderno. Esta delicada sensibilidad se repitió en obras posteriores, como el Sillón Corallo (2004). La intrincada y brillante estructura del sillón, hecho con alambres metálicos de colores formando una estructura en la que sentarse, remite al coral marino al que hace referencia el título de la obra.
El dúo dejó una marca indeleble en el diseño brasileño al apostar por materiales de uso cotidiano que otros diseñadores habrían considerado mundanos o triviales. En este marco se inscribe la colaboración entre los hermanos Campana y el artista estadounidense KAWS (2018). Al igual que con obras de su serie Banquete, iniciada en 2002, el respaldo de acero y los soportes de madera de los pies del sillón están cubiertos por peluches rosas, lo que genera un objeto desconcertante y lúdico al mismo tiempo. Creada unos años antes del prematuro fallecimiento de Fernando, la obra subraya el deseo de los hermanos Campana de observar y apreciar el mundo que les rodea sin prejuicios.
Realizadas con materiales como sogas y aludiendo a objetos como contenedores de agua, las obras de los hermanos Campana son un reflejo de su compromiso con lo cotidiano, que ellos describen como “rincones ocultos” de la vida moderna. “Parte de mi ADN consiste en observar las cosas que permanecen ocultas; los rincones escondidos”, ha dicho Humberto. “Creo que mi hermano y yo somos alquimistas: modificamos el ADN del material y le otorgamos otro”.
Horacio Ramos, becario del Consorcio Mellon-Marron, Instituto Cisneros, 2024