El Museum of Modern Art tiene el compromiso de hacer posible que todos los visitantes tengan la oportunidad de experimentar su incomparable colección de arte moderno y contemporáneo. MoMA reconoce la diversidad de las habilidades y necesidades del público en general, y ofrece una variedad de programas y servicios para asegurar la accesibilidad del museo y su colección. A través de sus programas de acceso, el museo ofrece cada año sus servicios a más de 10 000 individuos que tienen discapacidades físicas, de aprendizaje, emocionales, de comportamiento o de desarrollo, o que tienen discapacidades parciales en la vista o el oído, o son ciegos o sordos. A raíz del elevado número de personas afectadas por Alzheimer, en el 2006, MoMA decidió desarrollar una programación para esta audiencia en particular, y fue uno de los primeros museos del país en ofrecer tal programa.
La oferta del MoMA para individuos con demencia y sus cuidadores incluye programas a pedido para grupos provinientes de organizaciones de asistencia médica, como centros de residencia asistida, hogares para ancianos y centros para el cuidado de adultos. Estos programas incorporan animadas discusiones de obras de arte, así como componentes de creación de arte, y tienen lugar en el museo y/o en la ubicación de la organización. El museo también ofrece Meet Me at MoMA, un programa mensual interactivo con discusiones que tienen lugar en las galerías del museo para individuos con demencia y sus cuidadores, ya sean familiares o profesionales (es necesario registrarse de antemano). Todos estos programas están guiados por educadores del museo especialmente entrenados.
El MoMA Alzheimer's Project fue la expansión nacional e internacional de los programas educativos del museo para individuos con Alzheimer y otras formas de demencia y sus cuidadores. Se realizó como una iniciativa especial del Departamento de Educación del museo, y tuvo lugar del 2007 al 2014. Financiado por una donación generosa de la Fundación MetLife, el MoMA Alzheimer's Project amplió el alcance de la programación del MoMA por medio del desarrollo de recursos que pueden ser usados por museos, centros de residencia asistida y otras organizaciones comunitarias que ofrecen servicios a personas con demencia y sus cuidadores.
La publicación en el 2009 del programa Meet Me: Making Art Accessible to People with Dementia proporciona un marco de referencia completo para crear programas de arte para individuos con demencia y sus cuidadores. La publicación se compone de guías que describen el proceso a seguir para crear experiencias educativas con arte en una institución de arte, en un entorno de un centro de cuidados médicos y en el propio domicilio, y está ideado como un recurso para profesionales de museos y organizaciones de cuidados médicos, así como para cuidadores profesionales y familiares. Un folleto complementario contiene módulos de arte temáticos que hacen uso de las obras de arte de la colección del MoMA, con reproducciones adicionales, y un DVD de imágenes que permiten a los usuarios ver y discutir fácilmente estas obras de arte. Esta publicación en su totalidad está disponible en este sitio web de forma gratuita.
Este recurso del sitio web expande el alcance de nuestra publicación impresa, poniendo su contenido disponible en línea. El sitio también incluye vídeos de otras iniciativas especiales que han tenido lugar conjuntamente con los programas de arte y demencia del museo, así como una serie de vídeos de formación educativos sobre cómo planificar e implementar programas de discusión de arte y de creación de arte para esta audiencia.
En el 2008, el MoMA y el centro llamado Center of Excellence for Brain Aging and Dementia de la universidad New York University realizaron un innovador estudio de evaluación del programa Meet Me at MoMA, el programa de discusiones de arte en las galerías del museo para individuos con demencia y sus cuidadores. Los resultados, incluidas varias conclusiones estadísticamente significativas que muestran una mejora en el estado de ánimo tanto para la gente con Alzheimer como para sus cuidadores, indican que puede haber muchos beneficios asociados con los programas para gente con Alzheimer. Para leer el informe del estudio, consulte la página Evaluación de Meet Me at MoMA, realizada por la Universidad de Nueva York.
En el 2011, el proyecto The MoMA Alzheimer's Project encargó a la compañía Audience Focus, Inc. realizar una investigación sobre los programas que el museo ha desarrollado para gente con Alzheimer y otras formas de demencia y para sus cuidadores. Los evaluadores estudiaron los diferentes tipos de programas que han surgido con la ayuda del proyecto The MoMA Alzheimer's Project y el grado en el que estos programas han afectado a las filosofías educativas y las relaciones con la comunidad de los museos participantes. Para leer el informe del estudio, consulte la página Evaluación por Audience Focus, Inc.
Desde el año 2007 al 2014, el personal del MoMA Alzheimer’s Project estuvo en contacto con más de 10 500 profesionales a través de presentaciones en conferencias y cursos de formación. El alcance ha supuesto presentaciones en numerosas conferencias en los campos del arte, los museos, el envejecimiento y la enfermedad de Alzheimer. El MoMA también ha realizado talleres de formación para el personal, los educadores y docentes de diferentes museos, así como seminarios en línea adicionales para aquellos interesados en la creación de programas relacionados con el arte.
La demencia es un término general para un grupo de trastornos cerebrales, dentro de los cuales la enfermedad de Alzheimer es la más común. La enfermedad de Alzheimer es responsable del 50 al 70 % de todos los casos de demencia. Otros tipos de demencia son la demencia vascular, la demencia mixta, la demencia por cuerpos de Lewy y la demencia frontotemporal. Todos los tipos de demencia incluyen un deterioro mental que:
La enfermedad de Alzheimer lleva el nombre del médico alemán Alois Alzheimer, quien describió por primera vez el trastorno en 1906. Desde que el Dr. Alzheimer se refirió a la enfermedad por primera vez, los científicos han aprendido mucho a lo largo del siglo. Hoy en día, sabemos que la enfermedad de Alzheimer:
Actualmente, más de 5 millones de personas en los Estados Unidos viven con la enfermedad de Alzheimer. Esa cantidad se ha duplicado desde 1980. Se espera que para el año 2050, la cifra de afectados alcance los 16 millones. Los costos directos e indirectos de la enfermedad de Alzheimer y otras demencias ascienden a más de US$ 148 mil millones anuales. Según un informe de 2004, que analizó los datos de cobertura médica de Medicare, los beneficiarios con demencia le cuestan a Medicare tres veces más que otros beneficiarios mayores. Según los cálculos estimados actuales, esos gastos se duplicarán cada diez años.
Al igual que cualquier otra parte de nuestro cuerpo, el cerebro cambia a medida que envejecemos. Casi todos nosotros notamos que el pensamiento se va haciendo más lento y que, ocasionalmente, nos cuesta recordar ciertas cosas. No obstante, la pérdida de memoria, la confusión y otros cambios graves en la manera en que funciona nuestra mente no son parte normal del envejecimiento. Esos síntomas pueden ser un signo de que las células del cerebro están fallando.
El cerebro tiene 100 mil millones de células nerviosas (neuronas). Cada una de las neuronas se comunica con muchas otras para formar redes. Las redes de células nerviosas están encargadas de determinadas funciones especiales: algunas tienen que ver con el pensamiento, el aprendizaje y la memoria; otras nos ayudan a ver, oír y oler. Otras, por su parte, les dicen a nuestros músculos cuándo moverse.
Para hacer su trabajo, las células cerebrales funcionan como pequeñas fábricas: toman suministros, generan energía, construyen equipos y se deshacen de los residuos. Las células también procesan y almacenan información. Para mantener todo en funcionamiento, se requiere coordinación y grandes cantidades de combustible y oxígeno. En un cerebro afectado con la enfermedad de Alzheimer, dejan de funcionar bien partes de esas "fábricas" de células. No se sabe exactamente dónde comienza el problema, pero, al igual que en una fábrica real, los atascos y las interrupciones en un sistema generan problemas en otras áreas. Conforme se propaga el daño, las células pierden su capacidad de funcionar correctamente y, tarde o temprano, mueren.
Las placas y los ovillos neurofibrilares —estructuras anormales que pueden desarrollarse en el cerebro— son los principales sospechosos del daño y muerte de las neuronas. Aunque las denominó de otra forma, esas son algunas de las anormalidades que el Dr. Alzheimer observó en sus pacientes.
Las placas se acumulan entre las células nerviosas. Contienen depósitos de beta-amiloide, un fragmento de proteína. Los ovillos neurofibrilares, que se forman dentro de las células que van muriendo, son fibras retorcidas de otra proteína llamada tau.
Aunque la mayoría de las personas desarrolla algunas placas y ovillos neurofibrilares cuando envejecen, quienes sufren de la enfermedad de Alzheimer tienden a desarrollar mucha mayor cantidad. Esas placas y ovillos neurofibrilares suelen formarse siguiendo un patrón predecible: comienzan por áreas importantes para el aprendizaje y la memoria, y luego se van extendiendo hacia otras regiones.
Los científicos no están totalmente seguros de cuál es el rol que juegan esas placas y ovillos. La mayoría cree que de alguna forma bloquean la comunicación entre las neuronas e interrumpen las actividades que las células necesitan realizar para sobrevivir.
Los sistemas de clasificación por etapas proporcionan marcos de referencia útiles para entender de qué forma va avanzando la enfermedad. Es importante señalar, sin embargo, que no todos los pacientes presentan los mismos síntomas ni en todos los casos la enfermedad avanza al mismo ritmo. En promedio, las personas afectadas por Alzheimer mueren entre cuatro y seis años después del diagnóstico, pero la enfermedad puede prolongarse entre tres y veinte años.
El diagnóstico inicial surge a partir de problemas relacionados con la memoria, el pensamiento y la concentración. Aquellos en la etapa temprana suelen necesitar ayuda mínima con rutinas diarias sencillas. En el momento del diagnóstico inicial, es posible que el paciente ya haya pasado por esta etapa (la "etapa temprana" se refiere al alcance del avance de la enfermedad).
Los términos "aparición temprana" o "inicio precoz" se refieren a que la enfermedad de Alzheimer afecta a una persona por debajo de los sesenta y cinco años. En el caso de esos pacientes, es posible que aún no estén jubilados o que sus hijos sigan viviendo con ellos. Algunos de los problemas que deben afrontar las familias afectadas son: garantizar la seguridad financiera, obtener beneficios y ayudar a los niños a sobrellevar la enfermedad. Las personas con demencia de aparición temprana pueden encontrarse en cualquier etapa de la enfermedad: inicial, intermedia o final. Se estima que existen unas 500 mil personas de entre treinta y sesenta años que padecen la enfermedad de Alzheimer o alguna demencia relacionada.
Algunos cambios en la memoria son normales a medida que envejecemos, pero los efectos de la enfermedad de Alzheimer son mucho más graves que los simples lapsus. Entre los efectos, se encuentran dificultades para comunicarse, aprender, pensar y razonar. Todos estos impedimentos son lo suficientemente graves como para interferir con el trabajo, las actividades sociales y la vida familiar en la etapa inicial y en la intermedia. Algunos de los efectos más comunes que experimentan las personas con demencia y la enfermedad de Alzheimer son:
Esta información ha sido adaptada con permiso del sitio en Internet de la Asociación de lucha contra el Alzheimer. Si desea obtener mayor información, consulte www.alz.org.
Si lo desea, puede descargar la evaluación y los resultados en formato PDF (se requiere (Adobe Acrobat Reader).
En este informe se describen los resultados de un estudio diseñado para evaluar la eficacia del programa Meet Me at MoMA para personas que están en una etapa temprana de demencia, así como sus familiares cuidadores. Este estudio innovador constituye la primera evaluación formal en la que se demuestra, con evidencias cuantitativas y cualitativas, los numerosos beneficios de conectar con el arte a las personas con la enfermedad de Alzheimer y a sus cuidadores. También remarca los elementos del programa que tienen el mayor impacto positivo y aquellos que podrían modificarse para aumentar aun más sus efectos. Esta evaluación aporta una valiosa información acerca de la viabilidad de la evaluación de personas que están en una etapa temprana de demencia y sugiere nuevos rumbos para futuros programas y estudios.
El hecho de que los participantes del programa Meet Me at MoMA regresen mes tras mes habla elocuentemente del significado y el valor que tiene para ellos. Haber visitado el MoMA nuevamente, un lugar que muchos ya conocían pero al que no querían regresar, fue una confirmación muy bienvenida de que no hay por qué renunciar a todos los aspectos valorados de la vida por la enfermedad de Alzheimer. Esta investigación ha ayudado a identificar los aspectos específicos del programa de MoMA que individualmente se fusionan para generar juntos su impacto.
Los participantes del estudio están muy agradecidos por el programa Meet Me at MoMA. A medida que fueron conociéndose de verse en diferentes visitas, se hizo evidente el deseo de socializar más. El entorno le transmite al individuo con demencia que sigue teniendo valor como persona, y aquellos participantes para quienes el museo era un lugar familiar ahora pueden regresar, con la autoestima intacta y hasta robustecida.
De este estudio, se desprendieron varios hallazgos estadísticamente significativos, lo cual es gratificante si se tiene en cuenta la pequeña muestra de participantes. Esos hallazgos son indicativos del potencial que tiene el programa Meet Me at MoMA de mejorar la vida de las personas con demencia y de sus cuidadores. Se recomienda llevar a cabo un estudio a más largo plazo, con mayor cantidad de participantes para corroborar y ampliar las conclusiones de este primer estudio. Con un segundo estudio, se obtendrían pruebas adicionales para el diseño del programa, orientado a que la gente con demencia y sus familiares disfruten un buen momento y se sientan estimulados. Además, los resultados podrían ser de capital importancia para el desarrollo de iniciativas para personas con la enfermedad de Alzheimer y para sus cuidadores.
A continuación, se encuentra el resumen de la evaluación realizada por Audience Focus, Inc. en la primavera de 2011. El informe completo puede descargarlo aquí (se requiere Adobe Acrobat Reader).
En 2011, el Proyecto del MoMA para pacientes con Alzheimer le encargó a Audience Focus, Inc. que llevara a cabo una investigación de programas de museo desarrollados para personas con la enfermedad de Alzheimer y demencia, y sus cuidadores. El estudio de evaluación incluyó las siguientes preguntas:
A lo largo de este estudio, los evaluadores se vieron conmovidos por la pasión con la que los profesionales hablaron o escribieron acerca de sus programas de Alzheimer y otras demencias. Aparentemente, la implementación de este tipo de programa llama a que los profesionales del museo utilicen su sensibilidad para reflexionar profundamente acerca de su práctica, lo que, a la vez, es un factor de influencia en muchos de ellos al llevarles a ver de otra forma toda la experiencia general del museo para todo tipo de público. En evaluaciones de otros tipos de programas de museo para familias, docentes, estudiantes y público adulto en general, casi nunca o nunca vemos que los profesionales hablen de la importancia del humor, el respeto y la paciencia en la implementación de un programa público. Estas son cualidades que no solo constituyen experiencias significativas para los visitantes del museo, sino que aportan un significado más profundo a aquellos que también implementan estos programas. Además, existe evidencia de que estos programas despiertan a una amplia cantidad de miembros del personal del museo mayor sensibilidad respecto a las necesidades y capacidades del público con la enfermedad de Alzheimer y otras demencias, incluso si no están directamente involucrados en el programa.
El enfoque conversacional y orgánico que utilizan esos programas de experimentar el arte fue una consecuencia natural de la estrategia pedagógica de investigación que muchos museos ya empleaban. Es particularmente grato que este enfoque más conversacional se haya aplicado a otro tipo de público, como estudiantes y visitantes adultos ordinarios. Representa no sólo una creciente aceptación, sino también una respuesta a las necesidades y motivaciones de todos los tipos de públicos que recibe el Museo.
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